Al parecer, IBM ha encontrado un atajo – e imprescindibles compañeros de viaje – para esquivar la hostilidad que el gobierno chino ha manifestado en los últimos meses, con repercusion negativa en los resultados de la compañía. Sorprendentemente, se ha anunciado un acuerdo entre IBM y el fabricante chino de servidores Inspur, por el que este equipará sus sistemas T5 K1 con chips Power 8, fabricados por IBM, e instalará en ellos la base de datos DB2 y el middleware WebSphere. Según el trimestre que se considere, Inspur aparece en las tablas de IDC como quinto o sexto en unidades del mercado mundial.
Las dos compañías no son precisamente amigas: el año pasado, el marketing de Inspur acuñó el lema I2I [de IBM a Inspur] para promover sus máquinas en China. La campaña coincidió con otra del gobierno, que recomendaba a los bancos y empresas chinas la conveniencia de reemplazar sus ordenadores IBM, con base en vagas referencias a la seguridad nacional. Pero las autoridades comprendieron pronto que la propaganda no se correspondía con la realidad de que no hay alternativas viables en la industria que se quería proteger. Hace tres décadas que los centros de datos de la banca china usan mainframes de IBM. En cualquier caso, los ingresos de IBM en el mercado chino han caído un 11%, y está por ver que las ventas de hardware y licencias de software pactadas con Inspur alivien el problema.
El año pasado, un 14% de los ingresos de IBM se originaron en la región Asia Pacifico (sin Japón), de lo que los analistas dedujeron que un 4% viene de China, unos 4.000 millones de dólares. Ni la presión gubernamental ni la propaganda de su prensa van a derrumbar al todavía gigante azul, pero sí debilitan sus cuentas. Por el otro lado, se ha calculado que sólo un 2% de las compras de equipos de TI favorecen a compañías locales; estadística y técnicamente, tardarían años en estar en condiciones teóricas de prescindir de IBM y otros proveedores occidentales.
Curiosamente, el anuncio coincide con un extraño retraso en la venta de la división de servidores x86 de IBM a la empresa china Lenovo. El comité estadounidense que supervisa las inversiones extranjeras, se ha dado por conforme con las concesiones expuestas por las dos partes, por lo que ha aprobado la operación. Contra lo que cabía esperar, las remolonas son ahora las autoridades chinas, de manera que IBM sigue sufriendo las pérdidas que acarrea ese segmento de negocio: en el segundo trimestre, las ventas mundiales de servidores de la marca azul cayeron un 9%, tanto en valor como en volumen, para alegría de sus competidores. Mientras –y no por proteccionismo americano – Lenovo tiene que postergar la puesta en marcha de sus planes.
No es la única noticia que vincula IBM con China. El 12º plan quinquenal de Pekin incluye inversiones significativas para crear nuevas plataformas cloud y construir centros de datos en el país para prestar servicios en la nube. En agosto, IBM anunció una alianza con China Telecom – el mayor proveedor de servicios cloud en el país – para que las pymes chinas puedan disponer de soluciones de SAP en régimen de hosting gestionado por el operador.
Oficialmente, para que una empresa extranjera pueda prestar servicios cloud, hacen falta dos requisitos: que los venda un partner local y que el centro de datos esté en territorio chino. Cumpliendo estas condiciones, la semana pasada IBM dio otro paso para recuperar terreno, al firmar un acuerdo con la compañía de servicios 21Vianet para lanzar en el país su oferta de cloud gestionada (IBM CMS).
No es, de todos modos, una alianza exclusiva: 21Vianet ya tiene un acuerdo con Microsoft para comercializar Azure. También Amazon ha pasado por el aro, mediante convenios con proveedores locales cuyo nombre no revela. El mayor rival que las ´nubes´ occidentales encuentran en China es Alicloud, unidad de servicios del grupo Alibaba, mediante una plataforma propia.